Gracias a sus andanzas históricas, este ejemplar se ha convertido en un caballo que se adapta perfectamente al entorno donde se encuentre. Al ser descendiente de las razas árabes y andaluzas tiene unos rasgos muy pronunciados y una gran fortaleza en sus extremidades.
Sus medidas y sus formas son medianas, sin embargo, se considera a este ejemplar como un animal de constitución robusta y muy musculosa, ya que demuestra una gran fortaleza. A pesar de su fuerte musculatura, tiene un peso ligero en comparación del resto de los equinos, rondando los 400 kg. Esta peculiaridad va unida a su estatura, debido a que es un animal de poca alzada, cuya talla ideal es de 1,44 m.
Su cabeza es corta, con una frente ancha y un perfil convexo, ya que posee mucho cráneo en comparación con el resto de la cara. Sus ojos son vivaces y reflejan la inteligencia y la perspicacia de esta raza. Las mandíbulas se muestran separadas entre sí y se encuentran muy pronunciadas. Las orejas, en cambio, son pequeñas, anchas en su base y de forma puntiaguda. Si examinamos el cuello del animal, observaremos que es largo y musculoso, y que está unido con sus extremidades en forma de ángulo recto.
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