jueves, 10 de mayo de 2007

Serpiente del maíz

Cada vez son más las personas que optan por adquirir animales exóticos como mascota. Así, la serpiente de maíz es una de las más demandadas, gracias a su capacidad de adaptación a cualquier espacio. Sus brillantes ojos dan la sensación de alerta constante y sus cambios de color, debido a la muda de la piel, la convierten en un reptil muy singular.

Su nombre científico es Elaphe Guttata y proviene del sudeste de los Estados Unidos. Se encuentra en grandes extensiones de coníferas, en zonas pedregosas o, incluso, en madrigueras abandonadas. Una de sus características más singulares es que, además de reptar por el suelo, también suele subir a los árboles.

Una estructura ‘mutante’
La serpiente de maíz tiene una longitud que ronda los 180 centímetros si se encuentra en buenas condiciones. Su robustez se contradice con su apariencia física, ya que presenta un cuerpo alargado y delgado, a primera vista endeble. Para determinar su estado de salud nos fijaremos en su piel: si tiene arrugas puede que sufra alguna carencia alimenticia.

Es muy difícil relacionar este reptil con unas tonalidades concretas debido a la mutación, que altera continuamente su color. Durante esta época, justo antes de la primavera, los ojos se le irán oscureciendo hasta obtener un azulado claro mientras que la piel tomará un tono blanquecino. Para que la muda sea correcta es preciso rociarle el cuerpo con agua tibia justo antes de la mutación; de esta manera comenzará el proceso durante las 24 horas siguientes.

En cuanto al sexo de estas serpientes, es fácilmente identificable a través de las escamas, teniendo en cuenta que las hembras presentan de 41 a 62 y los machos, de 67 a 86.

Una casa a prueba de escapadas
Los reptiles tienen una gran facilidad para mover objetos. Son capaces de desplazar una pantalla de vidrio o de madera y, por ello, la tapa del terrario tiene que ser lo suficientemente resistente como para que no pueda huir. Su hábitat debe estar bien ventilado, por lo que lo más recomendable es hacer agujeros en las paredes de un tamaño menor al de la cabeza de la mascota.

Las medidas mínimas son de 100 x 50 x 50 cm; así pueden crecer sin problemas. Además, incentivarás su entretenimiento si colocas ramas para que trepen y se enrosquen, plantas artificiales no tóxicas y piedras grandes que podrás adquirir en establecimientos especializados. Los escondites son su lugar de relajación, así que una buena opción sería colocarle un recipiente dado la vuelta o un tronco hueco. El agua del bebedero de plástico se renueva cada dos o tres días, ya que muchas no sólo sacian la sed, sino que además se bañan en ella.

No hay comentarios: