Estamos ante un animal noble e inteligente, a pesar de la mala fama unida a su nombre. En peligro de extinción, esta tierna especie ha sufrido maltrato durante generaciones, y en él han recaído las más pesadas cargas debido a su empleo dentro de las tareas agrarias.
El papel del asno en obras literarias como 'Platero y yo', 'El camino' o 'El Quijote' evoca la figura de un compañero fiel, tierno y leal. Está tan arraigado en la tradición y cultura españolas como el chocolate con churros o el gazpacho. Aún así, pocos son los que piensan en él como mascota, y no como ayuda para los trabajos pesados.
Como animal de carga y tracción, ha formado parte de la vida cotidiana de las zonas rurales, pero en los últimos tiempos, la tecnología en la agricultura y en los medios de transporte ha provocado un alarmante descenso en el número de ejemplares. Alrededor de un millón de burros han desaparecido en cuarenta años.
Gran variedad de razas
En España, la población de asnos no supera los 75.000 ejemplares, los cuales se dividen en tres razas autóctonas:
Zamorano - Leonés: es descendiente del Equus asinus europeus, y actualmente sólo quedan en la provincia de Zamora y norte de Salamanca. Resulta un ejemplar bien conformado y corpulento.
Se le reconoce por el color oscuro de su capa, su voluminosa cabeza y la abundancia de pelaje en la frente, que recuerda a un flequillo. Tiene una especial fisonomía, debido, sobre todo al desarrollo capilar y lanar de su figura.
Cordobés - Andaluz: procede del Equus asinus europeus, originario de Egipto. Su capa es de color gris claro, es un burro tordo con el pelo corto y fino. Tiene la frente ancha, las órbitas salientes, es de carácter tranquilo y puede ofrecer gran energía y resistencia. Se aclimata con facilidad al calor y a la escasez de agua.
Catalán: es el más utilizado para obtener mulas o burdéganos, y proviene del "Equus asinus europeus". Son muy vitales, fuertes, grandes y de extremidades robustas. Tiene un pelaje oscuro y su altura es de 1,62 metros.
Un animal en peligro
Es muy importante inculcar a los niños el respeto por la vida de otras especies, para que tomen conciencia de que es necesario preservar el planeta. El burro es uno de los animales en peligro de extinción al que hay que cuidar y proteger.
Para una familia que tenga la posibilidad de mantenerlo y cuidarlo de forma adecuada (al aire libre, con suficiente espacio y un clima cálido), resultará un excelente compañero, así como un inmejorable ejemplo de respeto y cariño hacia la naturaleza para los más pequeños.
Actualmente, el burro ha sufrido una evolución muy positiva en cuanto a las tareas para las que, tradicionalmente, eran utilizados. Ahora sus capacidades se invierten, además de en el transporte de animales, personas y mercancías, en diversos usos como terapias para personas con incapacidades físicas y mentales, paseos y rutas ecológicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario