Movimientos con lenguaje
Diferentes gestos y movimientos en el caballo, sobre todo a través de sus orejas, tienen un gran significado. Las orejas transmiten miles de señales que indican, por ejemplo, a través del movimiento, que alguien se acerca por el lado hacia el que se han desplazado ligeramente dichas orejas. Si, por el contrario, se muestran caídas y lánguidas, significa que el equino no está cómodo o hay alguna anomalía en él, como, por ejemplo, una enfermedad. También puede ser un gesto de sumisión. Si las mantiene en posición vertical, es signo de desconfianza. En ocasiones, se puede dar la situación de que el animal se encuentre con una oreja hacia delante y otra hacia atrás, y eso se debe a que no sabe lo que hacer, es síntoma de duda.
A través de la cola también se pueden saber sus estados de ánimo. Cuando la mantiene en alto es porque está entusiasmado y contento, mientras que si la esconde entre las patas traseras, está sugiriendo desconfianza. Según el sonido que emita, querrá expresar una cosa u otra: un bufido -expulsar aire por la nariz- supone alegría; un mugido, temor o desconfianza; un chillido, realizado sobre todo por las hembras, transmite enfado y mal humor; un relinche, nerviosismo o situación de peligro.
Deja que coja confianza
La confianza aportará una gran seguridad al animal. Es importante hacerle ver que el jinete también cede en algunas ocasiones. Esta situación no la alcanzará rápidamente, ya que necesitará de un periodo de tiempo para adaptarse a su amo y comprobar que no hay violencia. Con una buena dosis de paciencia se logrará este objetivo pero, además, es preciso seguir algunas pautas.
El paso primordial durante los primeros días de contacto es entrar en el recinto y dejar que sea él el que se acerque e inspeccione mediante el olfato, para que en sucesivas ocasiones te reconozca fácilmente. Una vez que ya te perciba, lo más recomendable para mantenerlo contento es dejarlo libre en un campo cercado para que corra a sus anchas y sin limitaciones perceptibles. Además, cuando vayas a dirigirte a él, es preferible hacerlo con voz relajada y baja: al tener el oído muy desarrollado, los sonidos altos le alteran. Si obedece y realiza bien su trabajo, prémiale con algo dulce de recompensa para que se esfuerce por conseguirla constantemente.
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