miércoles, 21 de noviembre de 2007

Bombay, una pequeña pantera en casa

La similitud del gato Bombay con una cría de pantera produce sentimientos controvertidos en las personas. Muchos se atemorizan en su presencia y otras en cambio, se sienten atraídas por su sinuoso aspecto. De todos modos, la primera impresión no siempre es la más valiosa, ya que nos estamos refiriendo a un perfecto animal de compañía que se adapta rápidamente a lugares poco espaciosos. El Bombay es una de las razas más modernas hoy en día y te podemos anticipar que se trata de un minino muy cariñoso y encantador.

Está muy extendida la falsa creencia de que los gatos son ariscos y caprichosos por naturaleza, pero esta raza en especial es muy juguetona y alegre. Tenerlo como mascota ofrece numerosas virtudes ya que, además de ser un gato agradable y complaciente, su tamaño, la tersura de su pelo y su fidelidad, le convierten en un animal de compañía diferente y con mucha personalidad.

Origen americano
El nombre de este felino doméstico puede llevar a error a la hora de establecer su origen. Su cuna está en Estados Unidos. La idea surgió en el año 1958, momento en el que se mezclaron dos razas: una gata Burmés marrón con un Americano de pelo corto, negro y con ojos de color cobre. El principal objetivo era obtener un Burmés negro y el resultado fue un lindo minino con el aspecto y la elegancia de una pequeña pantera.

Esta raza fue bautizada con el nombre de Bombay debido a su gran parecido al leopardo negro de la India. Por su original aspecto, la fama adquirida en tierras americanas está traspasando fronteras hasta llegar a los hogares de otros continentes. Sus grandes y llamativos ojos los heredó del Americano de pelo corto, lo que hace que su semejanza con la pantera aumente considerablemente.

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martes, 6 de noviembre de 2007

Pequeños vicios caninos

Suena el timbre y tu perro ladra como si se acabara el mundo. Dejas tus zapatos en cualquier lugar y, cuando vuelves han sido víctima de una particular remodelación a fuerza de mordiscos. Pero aquí no acaban las anécdotas: cuando hay visita tu perro sale a recibir a tus amigos y se les echa encima, y si te sientas a la mesa a cenar, tu perro pondrá cara de no haber comido en una semana y, conmovido, le darás trozos de un menú que no le corresponde.

A veces convivir con un perro nos coloca en situaciones ciertamente incómodas. Partiendo de la base de que estamos tratando con un ser que no pertenece a nuestra especie, hay que asumir ciertos comportamientos extraños bajo nuestro punto de vista, pero perfectamente normales para nuestro mejor amigo. Lo que nosotros calificamos erróneamente como pequeños vicios o manías, no son más que "necesidades instintivas", tal y como señala el responsable técnico la escuela de adiestramiento Frajamo, Jesús Moreno. Igualmente, Rafael Casado, director de la escuela canina ADPE- Pradohondo, admite que "es algo normal y, aunque resulta molesto, el perro hace lo que debe".

Asesoramiento profesional
Para que estas costumbres desaparezcan, el apoyo experto es fundamental. En este sentido,
Casado es tajante: "ante la duda, lo mejor es buscar asesoramiento. Hace falta tiempo, si no es mejor no tener un perro". Según Moreno, "el profesional es una ayuda para erradicarlos, incluso para el tratamiento de patologías". A la hora de considerar esta opción, no puedes dejarlo todo en manos del especialista, ya que "es un asunto que exige trabajo en equipo". Así pues, debes asumir tu responsabilidad como mediador en las acciones que lleva a cabo tu can. Cuanto más te impliques, más se acercará tu mascota a lo que realmente deseas que sea: un compañero inseparable que obedece y responde a unos hábitos intachables.

¿Qué propietario no ha sufrido alguna vez una trastada canina? Una prenda convertida en jirones, un cojín destartalado, papeles hechos trizas… Muchos amos se quejan del antojo con el que sus cachorros seleccionan objetos prohibidos para ellos y la emprenden a bocado limpio. Moreno explica que "la satisfacción que encuentran en ello" es la razón esencial. Según el adiestrador y juez internacional, esta fijación responde a la ley del efecto: "el perro logra un aliciente y tratará de repetirlo", añadiendo que "es una salida al estrés, producido por varias causas". Por su parte, Casado admite que "hasta los dos años vamos a tener este problema", por lo que "lo mejor es que esté controlado y confinado en una zona donde no tenga acceso a muebles y otros objetos que se puedan romper".

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